Christchurch to Kaikoura
Hoy casi pierdo el bus… Empaquetar un caos de maleta a primera hora de la mañana y casi a oscuras no es la mejor manera de empezar el día, pero bueno he llegado por los pelos, así que ahí vamos!
A las doce ya estamos en Kaikoura, considerada uno de los mejores lugares para avistar ballenas. Es una ciudad turística ubicada en la región de Marlborough, en la costa este de la Isla del Sur, limítrofe con la cordillera montañosa.
Parecía que no había nada que hacer aquí, pero cuando empiezas a ver la lista de actividades ya estamos otra vez en la misa. Infinidad de cosas a hacer, mucho dinero que gastar, con lo cual hay que elegir bien para no destrozar más el presupuesto.
A ver, se puede nadar con delfines ya que debido a las corrientes entre el pacifico y la Antártida hay una gran concentración de plancton que los atrae. Yo con lo friolera que soy no me meto en agua ni que me paguen. Ya me pueden contar que el neopreno es gordo… Si hace un par de años bucee en Méjico con dos neoprenos porque tenía frio… Ni loca me meto aquí! Otra opción es ir a ver las ballenas, pero esto ya se sabe… puedes pagar y si tienes mala suerte no ves ninguna, con lo cual no me convence… Pescar cangrejos… Suena interesante, además de que lo que pescas te lo llevas y te lo puedes cocinar pero no me acaba de convencer. Finalmente nos cuentan que puedes pilotar una avioneta, que te enseñan lo básico y la llevas tú para el despeje y el aterrizaje. Esto siempre lo he querido hacer, así que como un chico ingles también quiere hacerlo decidimos hacerlo juntos porque podemos hacer dos vuelos al precio de uno. Genial! Ahora bien, hoy hace tanto viento que el aeropuerto está cerrado con lo cual tendremos que esperar a que el tiempo mejore.
Como prácticamente tenemos todo el día decidimos hacer la ruta para ir a ver las focas. Como está un poco lejos decidimos alquilar una bici de las del hostel para llegar hasta allí. La idea parecía buena, pero cuando hemos empezado a pedalear, creía que salíamos volando. Creo que ir en bici ha sido peor ya que había momentos que creo que iba marcha atrás de tan fuerte que era el viento…
En fin, que finalmente hemos llegado, hemos podido hacer una caminata de unas 3horas hasta el otro lado de la montaña y con vuelta a Kaikoura para recoger las bicis y volver al hostel. La caminada ha valido mucho la peña, ya que vas recorriendo los acantilados y las vistas son espectaculares. Solo hay que tener cuidado de no arrimarse demasiado al borde porque con este viento…
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