Never Say Never – Ice Cream Mission
El último chef del barco había creado una colección de helado en el congelador y antes de tirarlo decidimos que una visita al poblado seria más bien que merecida. Ayer compramos en el pueblo conos de helado, y hoy a las 5 de la tarde, hemos cogido la zódiac y cargadas con más de 50 conos y unas diez cajas de helado nos hemos dirigido al poblado.
Cuando llegábamos nos miraban con una cara de que se nos había perdido por allí, pero justo cuando hemos llegado a la orilla han empezado a aparecer niños y más niños dispuestos a ayudarnos a arrastrar la zódiac hasta la arena.
El segundo paso ha sido sacar el helado y la locura se ha desbordado. Niños y más niños por todas partes, locos por coger el helado. Tal era el descontrol que hemos intentado formar, sin mucho éxito, dos filas, para poder repartir el helado entre ellos. El sentimiento de alegría i felicidad que se respiraba en el poblado ha sido impresionante. Ha habido helado y sonrisas para todos, desde los más pequeños a los más grandes y para nosotras, la mejor satisfacción que uno se puede llevar. Una sonrisa y un “thanks” que valen más que mil palabras. Creo que jamás en mi vida olvidaré este momento.
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